Una de cada diez personas en Puerto Rico padecen de la tiroides

Por: Mary Joahn Rodríguez Malavé, MD, MPH

Usted podría vivir con trastorno de tiroides y no saberlo. Foto: AlexRaths / iStock / Thinkstock

Nuestros artículos anteriores fueron sobre prevención, manejo y control de diabetes. Marzo fue el mes de la prevención y tratamiento de las enfermedades de tiroides. En esta edición el enfoque será en otras hormonas tan importantes como la insulina, se le conoce como la tiroides: tiroxina (T4) y triyodotironina (T3). Estas últimas, son producidas por la glándula tiroides para regular el metabolismo.  Sus trastornos afectan unas 300,000 personas (10% de la población en Puerto Rico), según datos de la Sociedad Puertorriqueña de Endocrinología y Diabetología (SPED) en 2018.

La tiroides tiene forma de mariposa y ubica en la base del cuello, encima de la clavícula. Por lo general, usted no la puede palpar porque es delgada, blanda y pequeña. Si llegara a palpársela, podría ser indicio de alguna condición asociada a ella.

La función de la tiroides es coordinada por tres áreas principales en el cuerpo:  dos de ellas en el cerebro y una que es la glándula misma. En el cerebro, el hipotálamo (que controla el sistema nervioso y endocrino),  envía instrucciones a la glándula pituitaria para que ordene a la glándula tiroides producir hormonas tiroideas T4 y T3. A pesar de su aparente complejidad, este proceso dicta mucho de la función de nuestro metabolismo y cuando falta, notamos cambios de aceleración o estancamiento metabólico.

Existen tres tipos de trastornos de tiroides: hipotiroidismo, hipertiroidismo, y cáncer de glándula tiroides. El hipotiroidismo es el trastorno más común a nivel mundial. En Puerto Rico, por lo general, afecta a mujeres más que a los hombres. Se caracteriza por cansancio, somnolencia, pérdida de cabello, estreñimiento, irregularidades menstruales, piel seca, aumento de peso, falta de ánimo y dolores musculares. Ocurre cuando los niveles de hormonas tiroides en la sangre no son suficientes para la demanda del cuerpo. Es común que, su tratamiento consista en tomar el reemplazo de hormonas o “Levothyrozine”.

El hipotiroidismo consiste en lo opuesto: los niveles de hormona en sangre superan los necesarios por el metabolismo de su cuerpo. Se manifiesta como intolerancia al calor, pérdida de peso, hiperdefecación (defecación frecuente sin aumento del peso de las heces), insomnio, falta de concentración, nerviosismo, ánimo irritable, hipertensión, palpitaciones aceleradas, hasta pérdida de cabello. El tratamiento consiste de uno de los siguientes medicamentos: “Metimazole” o “Propriotiouracil”. Si el paciente no responde, su endocrinólogo podría recomendar tratamiento con yodo radioactivo o cirugía de tiroides.  

En Puerto Rico el cáncer de tiroides es el tercer trastorno más común. En la actualidad, es el cáncer que más afecta a mujeres en la Isla (SPED, 2017) y se puede manifestar con nódulos en el cuello como en los dos trastornos antes mencionados. No obstante, tienen un pronóstico muy favorable pues 80% son benignos (no cancerosos), según datos de la Administración de Servicios Médicos en Puerto Rico en 2016. De hecho, se puede detectar y tratar “a tiempo” con remoción por cirugía. En este caso, usted deberá reponer su hormona tiroides con “Levothyrozine” por el resto de su vida.

Los trastornos de tiroides son comunes en Puerto Rico, y se estima que el 50% de la población afectada no saben que lo padecen; pues los síntomas son variados y no necesariamente, guardan una relación lógica. Es importante que usted consulte a su médico primario o visite un endocrinólogo si siente preocupación ante algunos de los trastornos aquí mencionados, incluyendo nódulos sin síntomas. Su médico revisará sus niveles de TSH (cantidad de la hormona estimulante de la tiroides) y T4 en la sangre, y podría ordenarle un sonograma de tiroides, para determinar el trastorno y comenzar el tratamiento. Asimismo, es importante que usted no descontinúe su tratamiento, ni lo sustituya por remedios naturales, o medicamentos que no sean los que su médico le receta para su caso en específico.

La autora es doctora en medicina general y posee una maestría en salud pública.