Preparación médica antes de un desastre natural

Por: Mary Joahn Rodríguez Malavé, MD, MPH

Los pasos más sencillos para salvaguardar sus medicamentos y cuidar sus salud ante un desastre natural. Foto: SC Johnson.

La temporada de huracanes 2018 todavía está activa. La temporada del 2017 fue una tan severa, que aún continuamos recuperándonos. Es difícil estar 100% preparados para un desastre natural. Sólo hay una cantidad limitada de aspectos que podemos coordinar, y tener listos a la hora de enfrentar al desastre. No obstante, vale la pena deshacer el mal de “dejar las cosas para lo último”; en especial cuando se trata de nuestra salud. No pierda el sentido de organización, ni desespere ante un aviso de temporal.

Utilice la “calma antes de la tormenta” para preparar el aspecto médico de su vida ante una posible emergencia. Puede que ya haya recibido alguna orientación acerca de esto antes. Sin embargo, siempre es útil recibir un recordatorio, y mi propósito es que usted tenga una guía práctica de preparación médica. La mayoría de los recursos informativos de preparación para desastres naturales recomiendan tener suplidos para 7-10 días. Comencemos:

1. Documentos: considere guardar todos sus documentos médicos en un solo lugar (1 bolsa “ziploc”,una cartuchera con zipper, etc.). Este es el momento de dedicarse a buscarlos todos, incluso aquellos que no recuerda dónde los puso; incluya tarjetas de plan médico, tarjetas de citas (contienen la información de contacto de su médico) y literatura de dispositivos médicos que tenga (marcapasos, maquinaria, etc.).

2. Medicamentos con receta: asegúrese de tener su suplido de medicamentos actualizados. Nunca espere hasta el último día, o hasta que se le acaben, para buscar el “refill” de sus medicamentos. Durante la emergencia le podría ser muy difícil lograr acceso a la farmacia, y su salud podría verse afectada de forma muy adversa por la interrupción súbita en su tratamiento médico. Pregunte a su médico si estaría dispuesto a proveerle una receta escrita (en papel) de sus medicamentos y que usted pueda guardar en su cartuchera de documentos. De ese modo, la puede recoger en cualquier farmacia, y contrario a una receta enviada de forma electrónica, esta no depende de electricidad, Internet, etc. Si su plan se lo ofrece, es buen momento para pedir a su médico una receta para medicamentos sin receta o “Over the counter” que pueda necesitar. Así ahorrará dinero en su compra.

Kit de glucómetro. Foto: Cruz Roja

3. Dispositivos médicos: ¿Utiliza un monitor de glucosa? ¿Mide su presión arterial regularmente en su hogar? Siempre coloque baterías adicionales con sus dispositivos, y asegúrese de su funcionamiento antes de que se anuncie un fenómeno. Verifique que no estén expirados sus suplidos de lancetas, tirillas, botiquín de primeros auxilios, etc. También, que los medicamentos no estén expirados, que estén en un lugar accesible y junto a los artículos mencionados en los pasos 1 y 2. Haga un inventario de cuánto usted necesita de estos recursos al mes (ej: 2 lancetas y tirillas por día), y compre las necesarias para 10 días. Si utiliza recursos que dependan de electricidad (máquinas respiratorias, etc.), establezca un plan para minimizar las interrupciones en su tratamiento. Esto puede incluir la consideración para obtener un generador de electricidad pequeño.

4. Insulinas: En artículos anteriores, discutimos la gran prevalencia de diabetes en Puerto Rico. Muchos pacientes dependen de insulina para su tratamiento. Contrario a creencia popular, la insulina se mantiene estable a temperatura ambiente. La falta de electricidad no es razón para dejarla perder. La insulina puede ser almacenada a temperatura ambiente (hasta 25ºC) por 28 días. O sea, no necesita ser refrigerada. Envuélvala en un papel toalla humedecido, y échela en una bolsa “ziploc”. Guárdela en un lugar lo más fresco posible, donde no reciba luz solar directa.

Estos consejos representan un puñado de la preparación a llevar a cabo de cara a un desastre natural. Sin embargo, constituyen las dudas médicas principales ante una emergencia. ¡PREPÁRESE A TIEMPO! ¡No hay excusas!

La autora es doctora en medicina general y posee una maestría en salud pública.