Águilas de la Montaña: Una historia de sacrificios y éxitos
Por: Lcda. Sandra Gil de Lamadrid
Hace ya casi cuatro décadas que en las montañas del centro de la isla se fundó una organización que provee destrezas a los niños y jóvenes de todas las edades sin considerar su sexo, afiliación, religión o condición social o económica. El logro fue fruto del esfuerzo de la utuadeña Zayda Nieves Andújar, y otros compueblanos que se aventuraron a fomentar en los jóvenes la pasión por el tenis de mesa, un deporte no convencional y poco conocido en aquellos años. Así nació en Utuado el Club Águilas de la Montaña.
Los orígenes del tenis de mesa se remontan a finales del siglo 19 en Inglaterra cuando los aficionados al tenis adaptaron su pasatiempo para ser jugado en el interior durante los meses de invierno. El juego se nombró como: “ping pong”, por el sonido que producían las pelotas contra la mesa y la raqueta. Sin embargo, el “ping pong” se registró como una marca comercial. Por eso, los tenimesistas prefieren que nos se les llame a su juego de esa forma.
El tenis de mesa es un deporte olímpico que se puede jugar de forma individual o en dobles. Requiere una gran condición física y mental para su práctica. Por su rapidez, requiere también velocidad en las piernas y ejecución de la raqueta, coordinación en los movimientos y una gran capacidad visual, motora y mental.
Aquellos primeros tenimesistas del Club Águilas de la Montaña (CADM) fueron dotados de un gran carácter, disciplina y de una pasión que les alejaba de la gratificación fácil y del ocio en un entorno donde no había muchas oportunidades para los niños y adolescentes. Carecían de lo que se considera hoy indispensable: teléfono celular, computadora, no existían cines, conciertos, y además escaseaba el dinero. Así crecieron los hijos de doña Zayda, Bladimir Díaz y Eladio Afanador; con una mesa de tenis en una marquesina como único recurso para la distracción. En su adultez, ambos se dedicaron al entrenamiento de los atletas y son padres de nuestros olímpicos tenimesistas Adriana Díaz y Brian Afanador.
Ese resultado fue fruto de su disciplina, seriedad y dedicación a través del Club. Para el 2013, los Águilas de la Montaña se convirtieron en el primer Centro Internacional de Entrenamiento Mundial de Tenis de Mesa del Caribe (Hot Spot Table Tennis Center). Privilegio que solo comparten Colombia y Brasil en esta parte del hemisferio. El objetivo de estos centros es proveer un instrumento de formación y entrenamiento para los atletas y entrenadores de alto rendimiento.
Para el año 2016, el Club estableció un programa de enseñanza bajo tutela del Departamento de Educación (DE). La mayoría de los atletas participa de un programa individual de educación en un currículo aprobado por el DE como escuela satélite del Albergue Olímpico. Hoy día, el Club cuenta con cuatro maestros, lo que facilita a sus atletas el proceso de formación académica en su centro de entrenamiento. El 90% de los jugadores del Club han sido becados por las mejores universidades de nuestro país.
Sus logros en esta disciplina deportiva son incalculables. Entre los más recientes, nueves preseas: 3 de oro, 3 de plata y 3 de bronce en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Veracruz en 2014. Seis de los ocho integrantes del equipo nacional eran integrantes del CADM. En los Juegos Panamericanos de 2015 en Canadá, ambos equipos femenino y masculino obtuvieron bronce y se convirtieron en los primeros medallistas de tenis de mesa en estos juegos. Cuatro de los seis integrantes del equipo nacional pertenecían al CADM. En el 2016, por primera vez en nuestra historia, los atletas de tenis de mesa Adriana Díaz y Brian Afanador, de 15 y 19 años de edad respectivamente; clasificaron para las Olimpiadas de Río de Janeiro.
Adriana brilló en los circuitos internacionales y ha logrado los siguientes títulos en 2016: Campeona Adulto del US Open, Campeona Circuito Mundial en Polonia, Campeona Panamericana Juvenil, Campeona Circuito Mundial en Eslovaquia y Campeona Latinoamericana Sub-21 y en febrero 2017 conquistó la segunda y tercera posición en Suecia en el Abierto y el Safir Internacional. Por su parte, Brian se coronó Campeón Latinoamericano Sub-21, bronce en Bélgica Open, plata en el Campeonato Latinoamericano en dobles mixtos y Plata en el Latinoamericano en dobles junto a Daniel González, también miembro del CADM.
El CADM a través de la disciplina y empeño, produjo dos de los mejores tenimesistas del mundo. No menos importante, fomentan actividades para convertir a niños de escasos recursos en nuevos atletas. Estas incluyen: ligas, inter clubes de niños y jóvenes de la ruralía y residenciales públicos. Adriana y Brian; más que atletas de alto rendimiento, son modelos de ciudadanos con visión y compromiso de futuro para que todos los jóvenes construyan un mejor país.
La autora es es abogada de profesión, fue abogada para la Sociedad para Asistencia Legal, Fiscal del Dpto de Justicia, Directora de la Oficina con Antelación al Juicio, Juez Superior y al presente disfruta de su retiro.